Me gusta tanto la fotografía como viajar. Hace poco estuve en París (por pocos días) y hay ¡tanto para ver! que olvidé un detalle que tenía en la cabeza hace tiempo: visitar aquel lugar donde Cartier Bresson hizo su famosísima foto de aquel hombre robusto saltando ágil y graciosamente en un día de lluvia. Sólo sabía (por el título) que había sido tomada en la Estación Saint Lazare, y por lo que dijo HCB sobre la misma “Había una valla de madera alrededor de algunas reparaciones detrás de la estación de tren Gare Saint-Lazare. Justo yo estaba mirando por un hueco en la valla con mi cámara de fotos en el momento en que un hombre saltó”.
Aquella obsesión no me ha abandonado. Asi que estando lejos de París, he entrado a la red para ver si encontraba algo parecido (sin resultados) hasta que utilicé el google earth y oh! sorpresa! lo encontré!
Allí continúa la torre con el reloj de la Estación cuya historia se remonta a 1837. Allí continúa la reja que aparece en medio plano. Allí continúan las vías de los trenes...Pero ya no está el cartel de Railowsky (una librería especializada en fotografía de Valencia le debe su nombre), ni Cartier Bresson, ni el París de los años 30 antes de ser invadida por los nazis.
Ésta es la magia de la fotografía: la captura de lo efímero.
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