Paseando por el mercado de Belén, en Iquitos, Perú, me encontré con este peculiar pez, de aspecto agresivo y desafiante. Se le conoce por el nombre de CARACHAMA, que significa ¨Sin costillas¨, ya que carece de ellas después de la sexta vértebra central.
Su nombre científico es Pseudorinelepis genibarbis. Vive en toda la cuenca amazónica y habita los fondos de los ríos, alojado en las “cochas” o partes pantanosas pegadas a la orilla. Permanecen la mayor parte del tiempo en zonas oscuras, de hábitos eminentemente nocturnas, es muy extraño verlos en movimiento por eso se parece mucho a una piedra.
Este animal se caracteriza por su extraordinario valor nutritivo (alta concentración de fósforo) y su aspecto tenebroso y desagradable a primera vista.
Tiene un tamaño aproximado de 36,5cm, pero pueden llegar a rondar los 50cm. Su alimentación es omnívora, tales como gránulos, artemias, larvas, detritus, etc.
Suele pescársele con tóxicos naturales (raíces), con punzones, flechas y a veces con la mano (aunque es un tanto peligroso).
En la actualidad, constituye uno de los platos típicos de la selva peruana, preparándosele de diversas maneras. Quizás la más popular sea asada (tipo barbacoa) y acompañándola con plátanos o yucas.
También se le prepara en tipo sudado o chilcano.
En lenguaje callejero o jerga local, Carachama tiene un doble significado y sirve para referirse a las prostitutas callejeras o a las chicas fáciles.
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