Crónica de Máncora. Turismo de sol, playa, surf y mucho más

La primera vez que visité Máncora fue hace ya más de 15 años. En aquella época ya era bastante famosa por sus olas perfectas para practicar el surf, por sus hermosas playas y límpidas aguas pero sólo era conocida entre los peruanos. Corría el año 1994 y el gobierno se había puesto como objetivo traer la cifra record de 600 000 turistas extranjeros al Perú, algo que para ese entonces parecía bastante lejano. El Perú recién salía de una guerra fraticida y las noticias que llegaban a los principales mercados emisores de turistas como Estados Unidos, Canadá y Europa no eran precisamente halagüeñas. De vez en cuando podías ver algún extranjero (gringos le dicen aquí, guiris en España), que medio extraviado entre la inhóspita Sudamérica disfrutaba de las olas que las norteñas playas del Perú brindaban a sus visitantes.

Mancora

Hace 15 años, no había más que dos hoteles en todo Máncora y algunas casas de hospedaje. Se podía ver el mar desde la carretera Panamericana y era frecuente ver carpas apostadas sobre la arena. En ese entonces nos guarecimos en el corredor de una casa que parecía abandonada frente a la Comisaría. Era marzo y hacía calor. No nos importó quedarnos a dormir a la intemperie puesto que éramos felices estando en aquella playa casi mítica.

Zona de bares y restaurantes

Hoy, 15 años más tarde, he regresado. Mi reacción fue de sorpresa. Ha cambiado muchísimo desde aquel entonces. Desde que vas entrando ya puedes ver cómo hoteles y restaurantes aparecen desperdigados a lo largo de la carretera. Bares, discotecas, y tiendas de todo tipo asoman entre palmeras y algarrobos que con mucha suerte han podido mantenerse erguidos ante la avalancha de construcciones sin planificación ni noción alguna de las normas de urbanismo.

Entrada de Mancora

Plaza de Máncora

Todo el hermoso paisaje marítimo que se podía contemplar casi desde cualquier parte del pequeño pueblo que era ha desaparecido. Todo el litoral está bordeado de construcciones a medio hacer, de restaurantes y hoteles. Y sólo es posible acceder al mar a través de una estrecha callejuela de barro en la que por gracia ha quedado libre (que por cierto, es un terror para los amortiguadores de los mototaxis o motocars que abundan en la ciudad).

Acceso a la playa de Mancora

En esta callejuela han aparecido negocios de diferente tipo. Desde tatuajes (200 soles aproximadamente por un dibujo de unos 100 cm2 a 4 tintas) hasta restaurantes y hoteles pasando por una pequeño laboratorio de análisis clínicos.

Albañil en calle que se abre al mar

Son unos 100 metros aproximadamente los que tienes que recorrer para finalmente llegar a la playa. La luminosidad es casi enceguecedora. Se puede disfrutar de sol casi los 365 días del año. Practicamente no hay nubosidad y el mar se tiñe de un celeste precioso.

Vista en cuanto uno aparece en la playa Pareja de bañistas brasileños Amantes. Máncora

DSC_0367

Lo que antes era arena diáfana y una playa extensa ahora está repleta de puchos de cigarrillos, de astillas de carbón, botellas, bolsas plásticas y hasta de vidrios rotos. Está colmada además de carpitas multicolores donde te llevan las cervezas o los platos (cebiche es el plato rey) a la mesa. Ahora todo parece una feria, pero donde no se reinvierte. Deberían planificar algún tipo de campaña “limpieza de la playa”. Necesita mantenimiento urgente sino, como ya se sabe, el turista va a otro lugar más limpio y todo esto podría desaparecer.

Lectores en playa

DSC_0237

Operarias de la Limpieza Pública

Y no sólo la playa es utilizada por los cientos de bañistas que abarrotan sus arenas. También aquí se dan cita arrendadores de caballos; vendedores ambulantes de gafas, artesanías y helados; profesores de surf que tabla en mano alientan a tomar clases casi al paso y también de kite-surf y kayac.

DSC_0328

Caballos Mancora

El coste por alquilar un caballo es de 15 soles por 20 minutos. Precio que obviamente se puede negociar o en todo caso rebajar el tiempo de alquiler por menos dinero. No necesariamente hay que haber montado en caballo antes. Los chicos están siempre pendientes de lo que les pueda pasar al cliente o al caballo y te ayudan a montar y desmontar por si no lo sabes hacer solo. El coste por alquilar un botecito como el de la foto de abajo cuesta 25 soles la hora.

Kayac Mancora

Máncora posee una buena ola de izquierdas, bien formada con viento moderado aunque revienta rápido si hay demasiado. Es una ola en la que es perfecta para aprender a surfear. Es un mar relativamente tranquilo y de aguas no muy profundas. Aunque cuidado en tiempo de marea alta o semana de luna llena en que las olas llegan hasta 2 y 3 metros.

DSC_0332

DSC_0427

También hay una especie de especulación inmobiliaria, construyendo alocadamente por todas partes. Y no sólo hoteles sino también casas a las que las techan, o amplian o embellecen. El sector construcción ha crecido mucho y prueba de ello son los proveedores que han aparecido ya hace unos pocos años aqui, cuando antes los materiales se traían de Talara o Tumbes.

Construyendo en Máncora

Pero de qué vive el pueblo que cada vez crece más? En qué actividades basa su economía? Basta darse un recorrido por la Panamericana, carretera que lo vertebra, para darse cuenta: básicamente del turismo. Verás locutorios, cebicherías, puestos de artesanías, casas de hospedaje, bares, discotecas, panaderías, ciber cafés, agencias de viajes, agencias de transportes, pollerías, etc. Que a su vez cientos de pequeñas empresas brindan servicio o apoyo logístico como cajas, bancos, cajeros automáticos, supermercados, cerrajerías, carpinterías, lavanderías, etc. Además de colegios, venta de repuestos mecánicos, pequeñas librerías, servicios de telefonía, energía, gasolineras, etc.

Puetos de artesanias

El servicio de lavandería cuesta 4 soles el Kilo de ropa, tendido y secado al sol, y 5 soles el kilo secado en máquina.

Lavanderia

Pero qué es lo que atrae a tantos turistas no siendo precisamente la playa más bonita del litoral peruano? Es difícil de saberlo aunque basta echar una mirada a las guías de viaje y en todas ellas aparecerá referenciada. Es además el único sitio donde ofrece diversión nocturna y una buena oferta hotelera. Y quién no quiere pasar una buena noche de diversión estando de vacaciones?

DSC_0515

Atardecer en Puerto Mancora

Aun con todos sus problemas, propios de un pueblo de pescadores y que poco a poco se ha ido convirtiendo en ciuad, atrayendo a cientos de familias de pueblos aledaños, Máncora tiene su encanto. Conozco a mucha gente que ha venido por una o dos semanas y que se ha quedado años. Como aquel viejo californiano que pasea con sus 4 perros por la playa, Bono, Peluca, Rambo y Chorizo. Llegó hace 4 años en una ruta que hacía por todo el mundo junto con su mujer, una señor mejicana a quien conoció en Estados Unidos y se ha quedado. La señora ha muerto hace pocos meses y sin embargo él permanece en estas aguas. Asi que si visitas Máncora, ya sabes lo que te espera, diversión, olas, aguas limpias (aún), un posible romance, surf, atardeceres de fuego y cuidado seas el próximo en quedarse.

Atardecer en Mancora

1 comentario:

Gracias por dejar tu comentario.
(Asegúrese que su comentario se haya enviado correctamente, sino vuelva a intentarlo. Gracias)

Con la tecnología de Blogger.