Los atardeceres en Máncora son como dice el poema Atardecer de Gabriela Mistral
Siento mi corazón en la dulzura
fundirse como ceras:
son un óleo tardo
y no un vino mis venas,
y siento que mi vida se va huyendo
callada y dulce como la gacela.
Por su situación geográfica, puede divisarse el sol escapando detrás del horizonte como una sonata melancólica dejando rastros de luces naranjas y violetas. En verano sobre las 6:30 empieza este espectáculo bellísimo y en invierno sobre las 6:00 de la tarde.
Todos los bañistas se sientan para ver cómo se oculta el sol. Los enamorados se besan, los surfistas dejan de surfear y alguno que otro saca algún piti para el deleite.
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar