Paita es una de las ciudades más antiguas del Perú y el segundo puerto de importancia comercial. Está asentada a orillas del Pacífico, sobre un tablazo donde la vida hierve.
Está situada a 1107 Kms al norte de Lima, a la cual se puede acceder desde diferentes ciudades y donde el aeropuerto más cercano está a unos 57 Kms.
7Ver mapa más grandeRecorrí esta parte del Perú atraído por la fama de sus playas, de su comida y su gente amable. Tiene una cultura bastante original aunque en el centro de las ciudades ya es “como todo mundo”. Cada pueblito tiene su magia y encanto. Sus propias tradiciones, comidas, expresiones lingúisticas, vestimenta, y un acentro bastante particular.
Llegué a Paita desde la ciudad de Sullana, a bordo de un automóvil en el que pagué 5 soles (1,30 euros aprox.) y donde íbamos 5 personas más 4 en la parte trasera de la Station Wagon. Llevé mi cámara réflex, ropa de baño y muchas ganas de conocer! Aislándome de las típicas imágenes “turísticas”, a continuación el reportaje:
Paita es una ciudad cuya población crece a una tasa del 2 % y por tanto está en constante crecimiento. Entrando por la carretera de Sullana, se puede ver cómo se construyen nuevas urbanizaciones, se coloca alumbrado eléctrico, cañerías de agua potable o cómo las tuberías de desagüe van invadiendo el subsuelo como lombrices. Los albañiles, sobre las 2 de la tarde comen bajo la sombra de estas frágiles estructuras de carrizo y palma y después descansan conversando y compartiendo chicha de jora.
Carmen es una vendedora de golosinas, dulces y cigarrillos en el mercado de Paita. Sus niños van al colegio y su marido trabaja en el puerto. Su hermana le lleva el plato de comida cada día, ésta vez arroz con pollo, y de esta manera no abandona su puesto en el que trabaja de 8 de la mañana a 5 de la tarde.
Caminando por el mercado de Paita me encontré con esta imágen. Desde el puerto hasta el mercado hay unos 15 minutos caminando y los trabajadores del puerto o de las fábricas aledañas prefieren caminar con sus botas de trabajo por toda la ciudad hasta llegar a sus casas en vez de cambiárselas en su lugar de trabajo. El perro es un animalito de la calle, sin dueño ni hogar. Al parecer padece de sarna y sobrevive como puede: de las sobras, de la basura, quizás de la compasión de algún mercader. Su refugio son las esquinas de los puestos a la sombra de los techos de calamina (fundición de cinc, plomo y estaño).
Paseando por las blancas arenas del puerto, encontré este pintoresco muelle y conocí su gente. Son muy agradables, simpáticos y graciosos. Estos niños estaban disfrutando de su suerte en plena naturaleza: nadando, tomando el sol, comiendo fruta, en esta foto, mango. Me contaron que cuando vienen los “gringos” (marineros comerciantes extranjeros) al puerto, ellos aprovechan para venderles todo lo que pueden. “Son bien generosos, nos dan propina en dólares.... Sobretodo los chinos, esos vienen con harta plata” me dijeron. “Y los rusos se ponen a tomar en los bares”. Uno de ellos ya estaba aprendiendo a hablar inglés.
Se puede pasear en lancha por el puerto durante 45 minutos y su coste es de 20 soles (5 euros aprox.).
El avistamiento de aves guaneras es común, abundando el pelícano, las gaviotas y el albatroz. Se les puede ver de muy cerca, pescando, en batallas aéreas por alimento, etc.
En el puerto artesanal existen diferentes botes, lanchas, catamaranes de todo tipo y color y a su vez tan parecidos entre sí.
Pedro es un pescador del puerto de Paita. Sobre las 6 de la tarde termina su faena y descansa conversando con los amigos o mirando pasar la tarde. Es costumbre recogerse la camiseta hasta la altura del pecho para refrescarse. La temperatura en verano puede alcanzar los 40ºC.
Puerto Nuevo es un poblado anexo al puerto antiguo donde la gente vive principalmente de la pesca de pota. Caminando por sus calles, me invitaron a tomarles fotos y conversar un poco con ellas. Aquí Viviana y don Carlos, su suegro, estaban comiendo un cebiche con cancha y tomando chicha de jora.
En Puerto Nuevo encontré a esta familia de gatos que han hecho de un viejo bote su hogar.
Caminando con mi cámara, sobre las 5 de la tarde, éstas mujeres me invitaron a hacerles una foto. “Llévese un recuerdito de nosotras” me dijeron en tono amable y juguetón. Trabajan en el muelle de Puerto Nuevo vendiendo comidas a los pescadores y comerciantes.
Espero haber satisfecho un poco la curiosidad por saber de esta orginal ciudad porturaria. Por supuesto que hay mucho más así que habrá un segudo reportaje fotográfico, donde prometo además publicar las imágenes de la luna nueva en Paita. Es espectacular!
Me gustó tu reportaje y sobre todo tus fotos. Yo soy de Paita y vivo en Lima. Saludos y por favor pon la segun da parte de su reportaje.
ResponderEliminarHola Lucy. Gracias por tu comentario. Las fotos están sin procesar. Dentro de poco pondré un slideshow con las fotos ya retocadas.
ResponderEliminarLa segunda parte del reportaje será para el 9 de mayo, cuando sale la luna llena, que supongo ya sabrás, es espectacular!
Un saludo y pásala bien!
Hola!
ResponderEliminarQue gusto me da, que por medio de tu reportaje, nos puedas hacer recordar las costumbres de nuestros padres!. Sigo en espera del segundo reportaje "La Luna de Paita y el Sol de Colan" (conocistes Colan?)... jijijijijiji
Saludos!
Un amigo!
Abel.
(Si, tambien soy Paiteño!)
sabes veo estas fotos y me pongo a llorar, naci en lima pero me crie en paita con mis abuelos, ahora estoy en chile hace seis años q no voy a paita y no sabes cuantas ganas tengo de ir,y este año lo are gracias por tu reportaje te amo querido paita y virgencita de las mercedes chao
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